En homenaje a Michele Taruffo

Viajar con Michele Taruffo hacia los confines.[*]

(1943 – 2020)

La partida de Michele Taruffo dejó entre sus discípulos italianos un gran vació. En España supo apoyar carreras académicas y acercarse a proyectos como la cátedra de Cultura Jurídica o la Colección sobre Proceso y Derecho, que fueron creciendo bajo su estímulo. Su constante presencia en Colombia, Perú, Brasil, Argentina, Uruguay y tantos otros países de América Latina, a los que era asiduamente invitado, le permitió desarrollar vínculos que combinaban la admiración, el respeto y la franca amistad. Era imprescindible que esos sentimientos de pérdida pudieran expresarse.

Jordi Nieva Fenoll supo congregar a un nutrido colectivo de académicos y amigos de Taruffo, que en conjunto fueron dando forma a las Jornadas. Los nombres se sucedían, demostrando que la lista estaba destinada a ser incompleta y con notorias ausencias. Sin embargo, ante la certeza que los homenajes se sucederán unos a otros, simplemente se constituyó un grupo cuyo 1ue tuvo por comunes denominadores la cercanía académica y personal con Taruffo.

Llas intervenciones fueron  una extraña mezcla entre la tristeza por su ausencia y la alegría que despierta el reconocimiento de haber tenido la oportunidad de haber sido parte de una experiencia vital extraordinaria.Innumerables recuerdos fueron el telón de fondo de cada una de las presentaciones, que tuvieron como ejes la emoción y el afecto, desde los cuales se destacaron la singularidad de sus enfoques jurídicos y la destreza para guiarnos por caminos antes de él poco explorados.

La Jornada contó con la presencia Federico Carpi, por quien Taruffo sentía una profunda amistad y un gran respeto académico. La participación de Federico Carpi tuvo un significado especial para todos los asistentes. Taruffo veía en él un par que lo acompañó en la aventura de guiar una generación de procesalistas y además disfrutaba de su humor.

Daniel Mitidiero subrayó que Michele Taruffo despertó en América Latina la admiración que en su momento generaron Piero Calamandrei y Mauro Cappelletti. En la cultura procesal latinoamericana los tres tuvieron una inigualable repercusión. Se trató de sentimientos recíprocos ya que ellos dieron testimonio de su fascinación por el misterio que encierra una región en la que desigualdades y frustraciones conviven con un profundo anhelo de justicia. Los tres supieron cómo despertar adhesiones y mostrar la relevancia de las ideas que propusieron. Taruffo durante muchos años se sintió subyugado por los vínculos con sus colegas latinoamericanos. El color, la dureza, el misterio y la espontaneidad lo atraían. Al punto que su segundo hogar, su moradade descanso era Fortaleza. 

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El título de mi intervención hace referencia a su libro Sui confini(2002). Comenzaré por referirme a los múltiples sentidos de la noción confini, que fue traducida al español en la edición de Temis de 2006 como fronteras. Hay cierta ambigüedad en la idea de límite difuso con que Taruffo la utiliza.Me refiero al término ambigüedad en dos de sus acepciones corrientes en lengua española. La primera para identificar aquello que puede entenderse de varios modos o admitir distintas acepciones. Ese significado tiene una particular connotación cuando nos acercamos al pensamiento analítico de Michele Taruffo. En la conceptualización de los problemas jurídicos él siempre intento indagar sobre cuestiones cuya complejidad procuraba desentrañar. Era capaz de dimensionar los diversos aspectos de una cuestión en las propuestas que formulaba para encontrar soluciones posibles, nunca meramente dogmáticas. La segunda acepción vinculada a aquellas cuestiones que pueden dar motivo a dudas, incertidumbre o confusión también describen uno de los objetivos que proponía en sus trabajos. Buscaba derribar las dudas, la incertidumbre y la confusión.

Empleó en su libro Ilvertice ambiguo. SaggisullaCassazione Civile (1991), también el método de derribar confines, que califica con la noción de ambigüedad para calificar a las Cortes de cierre. Allí muestra su empeño por construir respuestas claras a partir de encontrar las zonas de penumbra, los territorios brumosos y los conceptos no debidamente explorados. Desde ellas abrió nuevas perspectivas que pusieron en evidencia ángulos que habían sido erróneamente simplificados sobre las funciones de las Cortes de cierre en materia de interpretación del derecho. Aquí solamente puedo mencionar la profundidad con la cual Taruffo se dedicó a esclarecer las diversas funciones de las Cortes que se instalan en el ápice de la estructura judicial y establecer cómo inciden sobre la estabilidad y la flexibilidad de la normatividad imperante. La noción de ambigüedad con que califica el vértice explica la variedad de enfoques que emplea para indagar comparativamente para qué están, cómo trabajan y que resultados ofrecen las Cortes de cierre. La complejidad de las variadas perspectivas que desarrollaba era el camino buscado para lograr soluciones concretas. Con precisión quirúrgica hilvanaba argumentos a los efectos de lograr desarrollos útiles.

Un ejemplo que permite enfocar el dilema entre simplicidad y complejidad en Taruffo puede encontrarse en sus ensayos sobre la verdad. No renegaba de los innumerables problemas que supone hablar de verdad como condición de una decisión justapero partía de un argumento que defendía con vehemencia: el proceso judicial no puede amparar la mentira. Sin ninguna diplomacia reaccionaba contra los que a su juicio al relativizaban la importancia de ese presupuesto y los acusaba de verifóbicos.

En su libro La sempliceverità. Ilgiudice e la construzionedeifatti(2009) comienza por la cita de Oscar Wilde: La verdad rara vez es pura y nunca simple. Es posible asumir que su impureza y complejidad animaron la búsqueda de Taruffo por explicar el modo más apto para lograr que la decisión judicial diera cuenta de hechos “verdaderos”. En su último libro Verso la decisionegiusta (2020) concluía que desde una perspectiva aletica e realista dellaveritàresulta razonable concluir que una descrizionefattuale è vera se corresponde allá realtà del fatto che describe. Si trata in sostanza del concettodellaverità como corrispondenza che risale ad Aristotelema che viene elaorattoedaccolto anche nella filosofía attuale. De allí que defendiera con pasión que el proceso y la decisión con la cual concluye se refieren a hechos que se supone que acaecieron en el mundo real, ya que a esos hechos se debe aplicar el derecho.

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Me referiré ahora a Taruffo y la alegoría del viaje.Quienes tuvieron la suerte de viajar con Taruffo fueron testigos de una búsqueda intensa y explícita por lo desconocido, que se alimentaba de una implacable curiosidad. Tenía una intensa e inteligente curiosidad, que intentaba dimensionar los datos sociales y culturales que se le ofrecían.

Habría mucho para decir sobre la idea de viaje y su significado simbólico que animó tanto las peripecias cantadas por Homero para hablarnos de Odiseo antes de llegar a Itaca,como las deDante en el camino de la tríada Infierno, Purgatorio y Paraíso o del personaje de Cervantes por los caminos de la Mancha.Sin embargo, al escuchar la intervención de Angelo Dondi en la que comentó la voracidad de Taruffo por la literatura que ejemplificó con la referencia de sus comentarios sobre el escritor Pérez-Reverte. Al escucharlo recordélas conversaciones que mantuvimos con Taruffo en Colombia sobre el libro de Pérez-Reberte:Dos hombres buenos (2015).

Se trata de una novela ambientada a finales del siglo XVIII, que describe las peripecias de un bibliotecario y un almirante que por encargo de la Real Academia Española, viajan a París para conseguir los 28 volúmenes de la Ecyclopédie de D’ Alembert. Ese acto casi revolucionario de esos dos hombres es la escusa que propone Pérez-Reverte para que acompañemos a esos dos hombres en la aventura de encontrar lo que en aquel tiempo podía entenderse como las luces de la razón.

Hay muchas razones que no sería apropiado tratar aquí para asociar aquella conversación sobre el libro con el constante interés de Taruffo por conocer lugares nuevos, sitios desconocidos, por vivir experiencias peculiares. También valdría la pena, pero posiblemente no sea esta la oportunidad correcta, rememorar algunas de sus intrépidas excursiones, que varios de los que nos acompañan han tenido la oportunidad de vivir con él. Un dato que refleja la intensidad con que vivía esos viajes es el atractivo con que luego los contaba. Taruffo tenía el don de transformar esas experiencias en un relato muy atractivo, que subyugaba en los detalles y las descripciones.

Varios de los que hoy estamos aquí seguramente se encontraron en esa singular situación en la que un auditorio lo escuchaba con fascinación relatar aquellas situaciones que los habían tenido a ellos como testigos circunstanciales. Me animo a decir que los relatos de Taruffo sobre sus viajes eran superiores a la experiencia vivida. No había exageración en sus palabras. La maestría que tenía para percibir lo importante, argumentar, describir y trasmitir vivencias hacía que asombrara aun al que las había vivido con él.

Muchos de los que hoy nos acompañan podrían hablar horas sobre esas experiencias. Permítanme decir que esa sensación no era producto de la exageración o de la imaginación. Se debía simplemente a su capacidad para encontrar el detalle oportuno, animar el relato y transmitir una vivencia que atrapaba al interlocutor ocasional tanto como al que lo había acompañada en alguno de esos destinos ocasionales.

Debo confesar, y como se trata de un homenaje no me parece mal usar la palabra confesión desprovista de toda implicancia religiosa, que los viajes con Taruffo constituyeron para mí un gran aprendizaje. Jordi Nieva Fenoll tuvo la delicada sensibilidad de anunciar nuestra reunión con una foto tomada una tarde en que vagábamos por Belén, en las adyacencias de Iquitos. Es una zona desoladoramente pobre de nuestra América Latina.

Esa foto tomada por nuestro formidable anfitrión de muchos viajes por el Perú, nuestro querido amigo Giovanni Priori, supe después que era la preferida de Taruffo, gracias a Luca Passanante.

En aquella foto se lo ve descendiendo solo por una escalera que lo llevaba al embarcadero de Belén. Incorporándose a una realidad que quería comprender, para la cual era sensible. Caminaba tratando de vivenciar la infinidad de misterios que encierra esa ciudad acuática. No me asombra que fuera una de sus fotos favoritas.

La imagen está cargada de símbolos, como lo estuvo aquél atardecer en la que unos remeros dispuestos nos adentraron en una ciudad construida sobre el brazo del río amazonas de una belleza conmovedora.

Al escribir unas palabras de homenaje y agradecimiento a Taruffo en nombre de la Asociación Internacional de Derecho Procesal encontré en el reverso de la primera hoja de su libro Sui Confinila siguiente frase que sintetiza la idea de viaje que quiero resaltar: Se vedi un confine, attraversalo. Poivoltati: scoprirai che non esisteva(entre comillas y en cursiva señalando la supuesta veracidad del texto) Para luego atribuirlo entre paréntesis (al diario apócrifo di Gengis Khan).

La foto representa la necesidad de intimidar con la realidad, de involucrarse con ella, de vincularse con los hechos, de tratar de hallar la verdad. La frase del diario “apócrifo” (ahora yo la coloco entre comillas para rescatar la contradicción) representa el anhelo de descubrir, de interrogar, de desafiar los límites.

Intentaré ahora dar algunos rasgos del viajero consecuente con el empeño de averiguar debajo de la superficie.Me referiré a una de las preocupaciones científicas que lo acompañaron en su tarea de talentoso investigador. Lo haré solamente con la intención de evidenciar la coherencia que mantuvo con respecto a sus primeras intuiciones.

En su segundo libro La motivazionedellasentenzacivle,de1975, reacciona contra la tendencia del procesalismo de aquella época, que todavía mantiene cierta ascendencia, a pesar de su acredita inutilidad, que se limitaba al análisis exegético-normativo con especial referencia al material codificado. Allí pPone de manifiesto que la motivación es un fenómeno mucho más complejo, que no puede ser explicado con la difundida evocación del silogismo judicial.

Quince años después participa como miembro del grupo de Bielefeld en la elaboración del libro InterpretingStatues,de 1991. Esa obra siguió una sólida metodología. En sus páginas finales contiene un apéndice que incluye el cuestionario que siguieron los encargados de elaborar los capítulos sobre nueve países. Las preguntas sustantivas allí formuladas no se refieren la mera normatividad de cada Estado.

El capítulo de conclusiones cuyo objetivo era encontrar similitudes y diferencias en materia de interpretación estuvo a cargo de Robert S. Summers y Michele Taruffo. Ese ensayo titulado Interpretation and ComparativeAnalysisdesarrolla una serie de criterios en materia de comparación de un gran interés y revela la brillantez analítica de Summers y Taruffo.El apartado VI de ese capítulo se refere a Similarities and differences – PrecedentsInterpretingtheStatute. Yallí  dicenque todos los sistemas se apoyan en precedentes para interpretar las leyes Para luego agregar que además de la utilización de la ley para la decisión de los casos los precedentes arethemostfrequentlyusedmaterials in judicial opinion.

This is true not only where precedents must be used because they are a source of law and have a binding forse (as in UK and USA), but also in the European systems wich have no formal rule of stare decisis.

Una tercera arbitraria fase del trayecto de Taruffo sobre el alcance de la motivación y el empleo de la jurisprudencia y el precedente la situó en las Jornadas organizadas por Jordi Ferrer Beltrán en Girona, en 2015, en las que pudimos disfrutar de las réplicas espontaneas de Taruffo a nuestras disidencias.

En el capítulo final de ese libro vuelve con frescura sobre sus ideas centrales para contestar los reparos. Algunas de sus explicaciones nos convencieron, otras no. De todos modos, lo importante fue el diálogo y los argumentos que pudimos compartir. De algún modo íbamos en su entrañable compañía por un mismo sendero. Viajábamos con él buscando respuestas jurídicas nada triviales y rumbo a destinos que eran simplemente la excusa por comprender realidades diversas.

La cuarta y última también arbitraria fase la ubico en su último libro: Verso la decisionegiusta, en el cual vuelve sobre los temas del libro de 1975. El capítulo 30 lo dedica a Brevi note sullamotivazionedellasentenza. Con una fuerza envidiable arremete contra los criterios de la Corte de Casación Italiana sobre el mínimo constitucional de fundamentación de la sentencia.

Sin eufemismo subraya que es insostenible decir que una motivación insuficiente es una “buonamotivazione”. Ya había titulado escrito en el 2014 un artículo en la RivistaTrimestralle que llamó Addio allá moivazione.

Por dos razones fundamentales esta fase, como las otras, es arbitraria. En primer lugar, hay muchos más jalones o etapas en el pensamiento de Taruffo sobre la motivación. He identificado algunas razones para mostrar la coherencia y compromiso con la clarificación de nociones que son claves para el derecho de las personas a contar con una decisión justa.

La segunda consideración que permite hablar de arbitrariedad es que no es la última fase. Resta esperar que trabajemos sobre los itinerarios que nos propuso. Esos trabajos nos interpelan a continuar los caminos que abrió.

Como dice la canción con que Jordi Ferrer Betrán logró acompañarnos en una despedida dolorosa:

Se van lo mejores
Ausentes de todo poder
Abrazan la luna del amanecer

Dejándonos solos
Cuidando en los libros su eterno tesoro
De amor e inquietud
Que el dios en quien nunca he creído
Bendiga su luz

Tal vez valga concluir que por íntimas y públicas razones Michele Taruffo quedo ligado a nosotros y dejamos solamente de tener su entrañable compañía.

Eduardo Oteiza

Profesor Universidad Nacional de La Plata

Presidente IAPL

Ex Presidente IIDP


[*]Intervención en el Encuentro Jornada Un recuerdo latinoamericano a Michele Taruffo que tuvo lugar el 10 de febrero de 2021. La versión italiana fue publicada en la Rivistatrimestrale di diritto e proceduracivile